LA HERIDA Y LA FLECHA: RÉQUIEM PARA NO
OLVIDARTE.
Por: Carmen Zavaleta
Nunca me
detuve a observar a Rita Macedo, su carrera, los años que vivió, nunca, ahora gracias al teatro es una de
las figuras que seguramente recordaré: aquella mujer y actriz inmersa en la
melancolía quien acabó sus días suicidándose con dos balazos porque uno no fue
suficiente para terminar con su espíritu.
Fotografía: María José Alós |
Esta Rita no
es la real, es la construida por la pluma de Marianella Villa y Servando Anacarsis Ramos en la obra La herida y la flecha: réquiem para no olvidarte, dirigida
por Martín Acosta como parte
del ciclo Historia de la Diversidad en la
Ciudad de México en el Siglo XX.
Fotografía: María José Alós |
Los autores
seleccionaron un periodo muy específico de la vida de Rita Macedo: sus años de matrimonio con Carlos
Fuentes episodio que les permitió construir una ficción que parte de artículos
sensacionalistas, chimes, biografías, dichos, todo aquello con lo que terminan
conformándose muchas historias de nuestra ciudad, es más de nuestro país.
Aquí retomar
la historia de Rita y Carlos es la clave para imaginar una radiografía de la
intimidad de ese México intelectual (de apenas ayer), donde el sitio de la
mujer dentro una sociedad privilegiada no era cómodo, ni seguro, ni
igualitario, ni libre; un escenario que indigna porque aún es familiar y
existe, reflexión con la que el director hermana aquella historia con la de
hoy.
En la puesta
aparecen figuras como Octavio Paz, Luis Buñuel, Marga López, Rosario
Castellanos, Leonora Carrigton y Elena Garro; un acierto de los dramaturgos es
que con algunas de sus líneas podemos imaginar su humanidad y poder de la época
lo que resulta sabroso.
Fotografía: María José Alós |
Xóchitl Galindres, Tanya Gómez Andrade, Georgina Tábora y Nicté Valdés, son las actrices encargadas de darle vida a la escena, su trabajo es
sobresaliente; sobre todo el de Galindres como Rita o Georgina Tábara como Pita
Amor, con fuerza y sin concesiones, crean un universo que se pasea de entre los
sueños y la ficción. Una de las escenas que sintetiza el espíritu de la puesta
es el parto de Cecilia Fuentes Macedo, mientras Rita grita de dolor y mienta
madres por su mundo doméstico, impertinente y deliciosamente, Rosario
Castellanos la acompaña mientras escribe sobre su libertad y sexualidad.
El texto
logra mantenerse en esa línea; sin embargo, flaquea al final cuando aparece la
madre de “Rita”, momento en que el discurso se vuelve inmediato. La fuerza
presentada durante la obra se diluye, porque los autores no lograron empatar el
pasado con el presente, lo que lamento profundamente pues la información
planteada sobre la violencia hacia las mujeres es fundamental para nuestras
circunstancias y nuestra vulnerabilidad.
La fecha y la herida; Réquiem para no olvidarte es el segundo
capítulo del ciclo Historia de la diversidad en le
Ciudad de México en el siglo XX. El primer
episodio fue “41 detonaciones contra la puerta de un clóset”, para ambos
proyectos la escenografía fue de Natalia Sedano, la iluminación de Alita Escobedo, el diseño sonoro de Isay Ramírez Guillén, la asistencia de dirección de Pablo Villegas, la producción ejecutiva de Michelle Menéndez y la dirección de Martín Acosta con la producción de Teatro de Arena.
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