Comedia negra en torno a la amistad

TARDE PARA ARREPENTIRSE 



Sería o es de suponerse la amistad es una relación sublime, dignifica y honra al ser humano, sin embargo, ¿qué esperar cuando está fincada en la falsedad, en la inseguridad, en la envidia y sobretodo en las diferencias radicales de concebir la vida, las metas, la idiosincrasia, los distintos caminos o giros entre quienes se enorgullecen de profesarla?

Sin una respuesta concreta, más bien una serie de planteamientos, Alan Blasco -autor y director- nos refiere la relación entre tres mujeres cuya amistad de 17 años se fractura, las lleva a externar lo que cada una piensa de las otras dos, todo se vuelve caótico, se olvidan los buenos modales, se olvida la moral, el respeto y hasta cierto punto la autoestima. El texto lleva por título Tarde para arrepentirse, comedia negra, álgida, fuerte, las palabras son hirientes, es sorprendente la capacidad del dramaturgo para concebir de principio a fin tantas frases con ese corte, lo curioso es que algunas son hilarantes, llama la atención que la agresión provoque la carcajada en el espectador, claro el texto cumple con ese propósito pensado, al menos eso creo, desde el origen del mismo. Más sorprendente que a pesar del lenguaje, soez en fondo y forma, nunca caiga en la vulgaridad, directo, sin tapujos, claro no apto para conservadores o moralistas.


Fotografía otorgada por la compañía

Tres mujeres, tres amigas, digamos igual número de protagonistas, sin embargo, el "personaje" central es un supuesto vestido de novia, varios temas van y vienen, a la postre todo gira o retorna a la prenda. Una de ellas inmersa en la política, capaz de cualquier cosa para mantenerse en el poder y gozar de los beneficios económicos que conlleva; otra planeando y disfrutando su futuro matrimonio, el cual... y la tercera, una escritora frustrada, con una carga de conciencia, quien finalmente encuentra una buena historia para una novela.


Alan como director tiene aciertos y desaciertos. Empecemos por los segundos: abusa de los apagones para los cambios de escenas, recurso pasado de moda hace varias décadas, dicho en forma directa, falta de imaginación para resolver la propuesta en este sentido. Otro, más grave aún, hay una gran diferencia entre actrices interpretando a mujeres en momentos de histeria, hasta de esquizofrenia si se quiere, y otra muy diferente ponerlas a gritar como orates, a tal grado que su misma voz provoca se vuelvan inentendibles muchas palabras y frases. Por último, corresponsable con las tres, unas cachetadas mal logradas, falsas, ejecutadas con miedo, sería preferible cambiarlas por empujones, pero no soy el directos.



Fotografía otorgada por la compañía

Los aciertos, con una escenografía por llamarla así, propone un buen trazo, un acertado ritmo y explota al máximo la hilaridad, siempre presente la comedia negra. A pesar de lo antes mencionado aprovecha al máximo las posibilidades actorales de su reparto, en complicidad mantienen -director y actrices- la intención del contenido y la premisa, más bien cuestionamiento de cuál es el valor de la amistad cuando se basa en acuerdos tácitos y caóticos. Dignos de reconocimiento los rompimientos para dirigirse directamente al público.


Estefanía Ahumada (Arlet Gamino), Anahí Dávila y Ana Corti, integran el trío de amigas, bajo la producción de El Círculo Teatral, en una brevísima temporada -cuatro funciones- hasta el 29 de julio, los miércoles a las 20:00 horas,  en la sede de La Capilla, Ciudad de México.

Realizado por: Alejandro Laborie Elías
5 de julio de 2018

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