Por Carmen Zavaleta
Después de su camino junto a la compañía Las Meninas, el
director y dramaturgo Hugo
Serrano emprende
una nueva faceta ahora al frente de la puesta Las crónicas del Diablo, un
relato en el que explora y expone la cara del México aliado al nacismo durante
la Segunda Guerra Mundial.
Fotografías: Ricardo Alejandro Castillo
Con su teatro Serrano ha demostrado conocer y manejar la historia de manera
adecuada transformando datos, fechas y personajes en detonadores eficaces para
la construcción de sus relatos y la comedia. En esta ocasión se lanza de lleno
al final de los años 30 y principios de los 40 para recrear tintes de nuestra
ciudad en la que la XEW, el beisbol, los diarios impresos y la arquitectura
moderna formaban parte de la postal cotidiana; en este contexto conocemos a El
Diablo, reportero del periódico El Pitazo quien
investigará la alianza de nuestro país con la Alemania nazi.
En la trama El Diablo se relaciona con la actriz y
militante Hilda
Krüger, quien además de despertar sus más acaloradas pasiones también será el
vehículo para conocer los bajos mundos que entretejen el juego político
impulsado por los intereses económicos de ambas naciones.
La intención de la puesta es buena, es notorio que el director y dramaturgo está buscando un renovado sello de su trabajo; a diferencia de sus anteriores montajes con Las crónicas del Diablo se sumerge en la historia reciente que aún resuena.
La obra es una comedia que necesita tomar ritmo para que sea efectiva; en las situaciones hay momentos acertados como las referencias a la película Emilia Pérez o la consigna “¡Adolfo, hermano ya eres mexicano!”, pequeños guiños a la actualidad que terminan por hermanar ambas épocas y que pone el dedo sarcásticamente sobre problemas como el racismo que sigue permeando nuestros días.
En los personajes se reconocen intenciones que madurarán con el correr de la
temporada, entre ellos el ensamble que tiene la tarea de mostrarnos a las y los
ciudadanos de los años cuarenta; por ejemplo uno de los momentos que se puede
fortalecer es la coreografía de Sing, sing, sing de Benny
Goodman, una de las piezas icónicas de la época y donde tienen la
oportunidad de brillar para cerrar el primer acto.
Hilda Krüger interpretada por Pamela Cervantes y un nazi interpretado por Diego Llamazares, llevan la voz cantante en la comedia pues ambo exponen los defectos de la naturaleza humana y muestran lo incoherentes que se puede llegar a ser; sin duda una de las mejores escenas es cuando Hilda sube a una motocicleta y nos da una muestra de su acrobacia. Por su parte Elías Toscano como El Diablo recuerda el estilo de Los Intocables, y da vida a un reportero que se adentra en su investigación buscando la verdad de los hechos y recuerda que el periodismo es el borrador de la historia.
Fotografías: Ricardo
Alejandro Castillo
Las crónicas del Diablo. Dramaturgia y dirección: Hugo Serrano. Con: Elías
Toscano, Pamela Cervantes, Diego Llamazares, Jhovardy Vences, Rafael Blasquez,
Carlos Abraham Gongo, Ian Galicia, Natalia Cárdenas, Sofi Kin, Yareli Govea,
Julio Velázquez, Diane Vázquez y Karla Monroy. Teatro
Xola Julio Prieto (Avenida Xola no. 809,
Col. Del Valle). Miércoles a las 20:30 h. Duración: 90 min. Adolescentes
y adultos. Localidades $605 y $495 (precio en línea). Boletos en taquilla
y Ticketmaster.
Hasta el 16 de abril.
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