EntreActo
POR: Carmen Zavaleta
Mariana Giménez y Gabriela Guraieb intervinieron
la obra Un tranvía llamado deseo de Tennessee Williams para crear Puerto deseo, un relato contemporáneo en el que la
familia, los cuidados y los instintos son los protagonistas de una
poderosa puesta en escena producida por Teatro UNAM.
Fotografía: Teatro
UNAM/ José Jorge Carreón.
Siempre que en cartelera se
encuentra una obra basada en los clásicos se corre el riesgo de que el
trabajo en cuestión sea un fiasco; se necesita ser muy claro en las intenciones
y hábil en la pluma para que la adaptación sea pertinente, en Puerto
deseo estas condiciones se dan pues las autoras junto con su equipo
proponen una pieza que se comunica con el público y que se disfruta desde el
inicio, ¿por qué?, los personajes representan a una sociedad arrasada por el
sistema, que se debaten entre sus deseos de libertad y la
sobrevivencia.
En la obra los protagonistas
originales de Williams Blanche DuBois, su hermana Stella y
su cuñado Stanley Kowalski, se convierten
en Isabel (Verónica Bravo), Mariano (Pablo Marín) y Pau (Cristian Magaloni). La anécdota se desarrolla en
México, Mariano un maestro de literatura llega a visitar a su
hermana Isabel y su esposo Pau. La pareja espera a su primer
hijo y vive con sus amigos de barrio a quienes han adoptado como familia,
juntos intentan realizar el sueño de vivir de su banda musical; las ganas son
muchas, las oportunidades nulas. En medio de esta
circunstancia Mariano se instala en la casa con una
personalidad explosiva, que arrasa, que incomoda y que
cuestiona, ¿por qué se destruye lo que se ama?, la premisa es potente
porque en aras de la propia salvación y la necesidad por pertenecer ¿cuántas
veces se pasa por encima de los demás?, ¿es el amor suficiente para mantenerse
unidos?, cada uno de estos caminos los recorren intensamente las y los
protagonistas, sin duda la dirección de Mariana Giménez propone esta lectura
acertadamente.
Fotografía: Teatro
UNAM/ José Jorge Carreón.
La acción se desarrolla
en un garage comuna, el diseño del espacio de Mario Marín del Río y Alita Escobedo y
el diseño de iluminación de la misma Escobedo crean el lugar exacto para el relato, el sitio tiene esta
atmósfera de campamento cálido y único lugar en el mundo para la historia; Mario Marin y Alita cuentan
con una sensibilidad espacial que empata el mundo interior y exterior de las y
los personajes; a la par piezas fundamentales de la obra son la dirección
musical de Miguel Tercero y el diseño de movimiento de Luis Arturo Rodríguez. La música conjuga eficazmente boleros y
rock con el recorrido emotivo de la trama y los desplazamientos de los
personajes que viven hasta el límite, como ejemplo está la vertiginosa escena
cuando los personajes intentan correr a un hospital, en la coreografía son
claros el ritmo, las intenciones, los sonidos y la urgencia del momento
creando un caos escénico exacto.
El buen desempeño actoral también es clave para la puesta, Pablo Marín como Mariano es libre, juega, habita el desasosiego hasta el punto en que parece entusiasmo. Verónica Bravo como Isabel se debate entre los dos polos de su familia mientras que intenta mantenerla unida y Cristian Magaloni como Pau lucha por sobrevivir arrasado por la precariedad y el desarraigo.
Álex Gesso como
Ramiro; Sunem Cedillo en
la piel de María; Natanael Ríos como
Guillermo y Santiago Alfaro como Tony, terminan de conformar esta familia en la que
cada quien lucha por sobrevivir al sistema. Puerto deseo tiene un
motor poderoso: la fuerza de la mirada creadora femenina ¡bravas!
Puerto deseo de Mariana Giménez y Gabriela Guraieb, inspirada en Un tranvía
llamado Deseo de Tennessee Williams. Dirección: Mariana Giménez. Producción: Teatro UNAM. Con Verónica Bravo, Pablo Marín, Cristian Magaloni, Álex
Gesso, Sunem Cedillo, Natanael Ríos y Santiago Alfaro. Diseño escénico: Mario Marín del Río y Alita Escobedo. Diseño de iluminación: Alita Escobedo. Diseño de vestuario: Mario Marín del Río. Dirección musical: Miguel Tercero. Diseño de movimiento: Luis Arturo Rodríguez. Teatro Juan Ruiz de Alarcón, Centro Cultural
Universitario (Insurgentes
sur 3000). Jueves, viernes y sábados 19 h y domingos 18 h. Suspende 1 y 2 de
noviembre. Los boletos pueden adquirirse en la taquilla del teatro y en línea,
el costo es de $150 pesos, con 50% de descuento para alumnos, maestros,
exalumnos de la UNAM e INAPAM. Las funciones de Jueves Puma la entrada es de
$30 pesos. Para más información se puede consultar la página www.teatrounam.com.mx; así como las
redes sociales de @TeatroUNAM y @CulturaUNAM. Hasta el 24 de noviembre
Fotografía: Teatro UNAM/ José Jorge Carreón.
Fotografía: Teatro
UNAM/ José Jorge Carreón.
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