Hizo reír, conmovió y puso de pie al público


De la Prietty Guoman y los aplausos




Ver que a unos días de terminar el año el movimiento teatral en la CDMX no se detenga es alentador, los motivos para celebrar son muchos, por ejemplo en el ámbito institucional este fin de semana se está llevando a cabo la 10ª Feria del Libro Teatral, contra viento y marea y gracias al trabajo incansable del dramaturgo Jaime Chabaud y la Coordinación Nacional de Teatro; aprovecho el espacio para hacer un llamado y asistir a una reunión única en el Centro Cultural del Bosque.

Entre los motivos para celebrar también está la recién 38 Muestra Nacional de Teatro, que vio la luz un poco más de dos meses después del 19S. La MNT realizada en la Ciudad de León, Guanajuato terminó por todo lo alto gracias al trabajo que fue tomando forma en los diez días de reunión (de acuerdo a los comentarios de los asistentes, pues Menú Teatral se incorporó hacia el final de las jornadas) y gracias al esfuerzo del equipo organizador, quienes fueron reconocidos de forma individual la noche de la clausura por Alberto Lomnitz, en nombre de la Coordinación Nacional de Teatro. Personalmente el reconocimiento me parece justo y acertado, porque en una reunión de este tamaño son muchas las voluntades que trabajan, por ejemplo, Alma Rosa Castillo, Coordinadora de logística. El gremio se construye mano a mano, no es necesario comulgar en poéticas, pero es obligado reconocernos como comunidad.


Fue esa noche cuando al escenario llegó La Prietty Guoman, cabaret que demostró por qué ha sido exitoso. No sólo se trata de un espectáculo sólido y bien armado, tiene a la cabeza -frente al público- a César Enríquez, un actor que se da el lujo de presentarnos a la Prietty, a ella, enorme, fuerte, llena de energía, de vida, que se cambia las pelucas para cantar y recorrer la escena: para ser.


Y es precisamente este canto a la libertad el que le cobra caro el existir: no sólo es música y algarabía, La Prietty Guoman es una cruda denuncia hacia la violencia, los crímenes transfóbicos y homofóbicos; un reclamo hacia las autoridades quienes se han dado a la tarea de no reconocer la violencia de género, la violencia a la diversidad sexual, porque incomoda, porque va contra natura, porque no gusta, porque no se entiende y va contra las buenas conciencias, en fin por cualquier argumento cerrado, fuera de la razón y que fomente la desigualdad.

Fotografía: José Jorge Carreón




César Enríquez y Mariano Ducombs, productor de La Prietty, han encontrado el foro para exponerlo y lo hacen a través del humor ácido. En la escena se ve a La Prietty, una Mujer trans veracruzana, quien desea una vida de ensueño y amor correspondido; a cambio debe enfrentarse al rechazo y la intolerancia. La vida de la protagonista es una gran metáfora de nuestra sociedad: al ver a la Guoman pareciera que no pasa nada, que uno está ahí para reírse; pero la realidad, los datos duros, la tortura, la indiferencia, la represión, el no reconocer al otro con sus derechos, termina por imponerse; así como en buena parte de nuestra vida cotidiana permeada por una política -como escribiera Abraham Nuncio recientemente en el periódico La Jornada- monopartidista de perfil dictatorial.

La Prietty Guoman nos hizo reír, nos conmovió y puso de pie a León; lo ha hecho en la CDMX y seguramente lo seguirá logrando, pues detrás de ella hay un equipo que se ha esforzado y trabaja arduamente. Sus resultados son de grupo, de esos que se aplauden de pie porque nos dan la gran lección del conjunto con una sola voz. En cuanto la vean regresar a la cartelera no duden en acompañarla porque vale la pena cantar su canción.



Realizado por Carmen Zavaleta 
Fotografía: José Jorge Carreón

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