POR: Dalia De León Adams
*Puesta en escena sin maniqueísmos
que muestra el lado humano de cada
uno de sus personajes
sin sensurarlos.*
La princesa Salomé, cuya danza seduce
al rey Herodes y lo lleva a ordenar la decapitación de Juan el Bautista,
conocido en hebreo como Jokanaan, según relata la Biblia, ha inspirado a
numerosos escritores y ha sido uno de los episodios bíblicos más representados
en escena debido a su intenso dramatismo. La obra teatral Salomé, escrita por Oscar
Wilde en 1891 y adaptada magistralmente por
María Inés Pintado y Tava Pope, ofrece una perspectiva más humana de
sus personajes, alejándolos de la imagen de meros tiranos. Esta puesta en
escena, bajo la impecable dirección de Tava
Pope, se
estrenó recientemente en el Teatro El Granero Xavier Rojas del
Centro Cultural del Bosque (CCB), conmoviendo profundamente a su
audiencia.
La producción cuenta con el talento del reparto estable de la Compañía Nacional de Teatro, reconocida por la calidad de sus actores, dramaturgias y direcciones artísticas. En esta ocasión, no es la excepción. Aunque la escenografía es minimalista, logra recrear con precisión los diversos cuadros que exige el texto, transportando al espectador al Primer Siglo Cristiano, en el contexto del advenimiento de Jesús de Nazaret, que marcó el inicio de una nueva fe y una nueva era.
La obra, presentada en un solo acto, utiliza una atmósfera inicial de bruma que evoca la antigüedad de la trama. La vestimenta, acorde con la época, se complementa con la música en vivo de Ricardo Estrada y Sebastián Betancourt, quienes ejecutan instrumentos de inspiración secular, añadiendo un valor único a la experiencia escénica.
Salomé se presenta de viernes a domingo en el Teatro El Granero Xavier Rojas, en el Centro Cultural del Bosque. Una obra que, con su intensidad dramática y su cuidada producción, no deja indiferente a nadie.
Comentarios
Publicar un comentario