FIU FIÚ: EL HORROR DE LA BRUTALIDAD

 Desde el patio de las butacas

POR: Luis Santillán

Pulmón Danza Teatro presenta en el Foro Shakespeare su nueva producción: Fiu Fiú. Es una visita a la violencia de género; la propuesta se estructura con viñetas o estaciones, la línea de desarrollo es temática, el trabajo corporal, el lenguaje dancístico, y elementos de performatividad son los soportes de construcción; la carga emotiva ocurre tanto por acumulación y, lamentablemente, por identificación.



La exploración de Pulmón Danza Teatro es sumamente gratificante, concreta de manera contundente un universo complejo con múltiples aristas, transforman el horror del cotidiano en belleza escénica.

Inicia con el espacio vacío, la iluminación y el humo van construyendo el marco donde, poco a poco, deambula Constanza Amparán, lleva un casco. Ella, su trabajo, unifica los estímulos para colocar al espectador en ese territorio de la devastación humana, más que un campo de guerra, Amparán crea un campo de barbarie; espacio que ira desplazando en cada viñeta provocando que quien mira se paralice al descubrir que la ficción es apenas un reflejo del cotidiano.

Uno de los segmentos más poderosos de la propuesta es, quizá, uno de los más sencillos. Amparán asume el roll de quien debe viajar en el trasporte público, Octavio Ahmic representa a un pasajero más, sin embargo, el abuso, la indiferencia, la “oportunidad” esculpidas por ambos crean un momento de enorme impacto; los gestos son mínimos, los detalles están en cada parte de los cuerpos, la expresión de ella hace eco, el horror se establece con brutalidad.

Hay una secuencia, que quizás es la base para el nombre de la propuesta, donde solo Amparán está en escena, lo sobresaliente es la capacidad para convocar a múltiples entidades femeninas, todas afectadas por las mismas acciones, hay un contraste con otros segmentos porque éste tiene tintes de humor, elemento necesario que se lleva a la siguiente viñeta donde demasiadas prendas se convierten en la censura, en la solución, en el acento de la vulnerabilidad.

Tanto el trabajo de Amparán como el de Ahmic es muy sólido, los momentos donde juntos construyen a partir de zonas más dancísticas eleva mucho la propuesta porque se coloca el cuerpo como el elemento central, el que proyecta tanto situación como estados anímicos, vuelve particular la percepción del estado por el que atraviesan los personajes.



Hay dos elementos que pueden ser los de menor logro. Uno de ellos es la estación de “la fiesta”, hay un tiempo en construir el estado, pero, comparado con los demás, carece de síntesis, uno podría imaginar que apuestan a la degradación del personaje masculino, de la transformación del “compañero” al “victimario”, de ser así falta contundencia en el desarrollo, aun así, el final del segmento tiene fuerza.

El otro -que puede ser polémico al plantearlo es este escrito- es la falta del contrario, del contrapeso, es decir, parece que tener un momento de oposición a la línea de desarrollo aumentaría el impacto de lo conseguido. Quizá la estación donde se convida al publico a utilizar el cuerpo de Ahmic, estructuralmente, este diseñado para tener un contrapeso, pero no es así porque la posibilidad de cambio queda en quien mira y no en el universo creado.

Fiu Fiú de Constanza Amparán y Octavio Ahmic es una propuesta ampliamente recomendable; las funciones son esporádicas por eso no se puede hablar tal cual, de una temporada, eso provoca que el espectador deba estar al pendiente de las fechas para poder asistir, aun cuando podría ser poco cómodo estar cazando alguna función, vale totalmente la pena hacerlo.

Este sábado 6 a las 17 horas y domingo 6 a las 18 horas tendrán dos únicas funciones en el Foro Shakespeare ubicado en Zamora 7 Condesa

Comentarios

  1. La fui a ver anoche, es excelente, directa clara y como bien dices lamentablemente identificable

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