FRUTO EN LA SEQUÍA, UNA PUESTA CON MUCHOS OVARIOS

  EntreActo 

POR: Carmen Zavaleta 


Ser madre, no serlo, habitar nuestro cuerpo como queremos y decidimos es una lucha diaria, se necesitan muchos ovarios para decidir dar vida/maternar y no solo desde nosotras, también ante los que nos rodean, la dramaturga Itzel Lara lo aborda en la producción recién estrenada de la Compañía Nacional de Teatro Fruto en la  sequía, dirigida por Hugo Arrevillaga Serrano  y que se presenta en el Teatro de las Artes del Centro Nacional de las Artes.



El montaje forma parte del ciclo El Teatro de Arte Mexicano de la CNT que se propone indagar en la identidad de nuestro quehacer escénico a través de cuatro puestas en escena que fueron escritas para este fin. La primera es Fruto en la sequía, basada en el mito de la Coatlicue una obra cruda que mira de frente los prejuicios sobre la maternidad y el papel asignado a las mujeres por siglos ¡brava!  El tema cimbra, nos toca hasta lo más hondo y sin duda lo hace porque la colaboración  entre Itzel Lara y Hugo Arrevillaga junto con el elenco integrado por Judith Inda  y Miguel Ángel López y el diseño multimedia de Miriam Romero lo abordan desde lo sutil, lo poético y los desgarradoramente verdadero.

En la escena:  Elena es una contadora dedicada a su trabajo, la empleada del mes, locamente eficiente y que ante los ojos de su jefe sólo tiene un defecto: no es madre y -peor aún -no desear ser madre. A sus 41 años no importa que tan dedicada es, el reloj biológico la persigue y ante su círculo laboral y social Elena es una mujer incompleta porque no tiene hijos. Aquí es donde el asunto se dimensiona dramáticamente ¿puede existir algo más terrible que no querer ser madre?

La dirección plantea una puesta en la que conviven el texto de Lara, la música en vivo con la cellista Natalia Pérez Turner y el multimedia diseñado por la magnífica Miriam Romero, dando como resultado un montaje emotivo que escarba en los deseos e insatisfacciones de los personajes y de la audiencia. La actriz Judith Inda da vida a Elena y el actor  Miguel Ángel López interpreta al jefe, el doctor y a un vendedor de flores que representan los círculos en los que se desempeña la protagonista día a día.



Qué les digo, el trabajo actoral logra dar el peso exacto a las palabras escritas por Lara. Como Elena, Inda nos presenta a una mujer sincera, autosuficiente, definida en gran medida por la relación con su madre. Una Elena fuerte que se tambalea ante la posibilidad de quedar embarazada, una mujer sutilmente fuerte capaz de convertirse en un ave si tiene que salir volando. El trabajo corporal y vocal de la actriz es preciso, lleno de matices y detalles que se sobreponen al uso del micrófono en la escena.

Por su parte, López interpreta a William, Joel, y el Doctor, la mirada externa, masculina que se cree con el derecho de opinar sobre el cuerpo de Elena, sus trompas de Falopio y su maternidad, y se aventura más pues con este personaje la autora nos plantea esa  exigencia que se da a cada mujer mexicana: ser  la madre de cada hombre, una manera brillante de la autora para exponer a nuestra sociedad. El actor construye a personajes recalcitrantes que se contraponen a Elena.

El diseño multimedia es uno de los elementos que le propongo disfrutar. Las imágenes fueron diseñadas a partir de la obra de Érika Lujano, a manera de un sueño en la escena vemos estampas y transparencias de aves, plumas y plantas que son fraccionadas y forman parte de un rompecabezas que representan los lugares de la acción y los estados de ánimo de la protagonista; los personajes interactúan y habitan esas imágenes logrando un todo en la escena.

La música en vivo a cargo de la cellista Natalia Pérez Turner acompaña la trayectoria de la protagonista y se convierte en un personaje más, da la idea de ser la voz interna que grita, se lamenta, se celebra, se dobla.

Fruto en la sequía es un trabajo excelente que dice mucho más de lo que se muestra sobre la escena pues estéticamente construye un discurso poético que visibiliza a las mujeres que hemos decidido no ser madres y nos plantea una pregunta desgarradora ¿hay algo más más incomprensible que ser valoradas por nuestro útero?

 


En escena… Apropósito en la Galería Central del CENART actualmente se presenta la exposición fotográfica Sin hjxs. 20 respuestas, proyecto de Judith Romero y curaduría de Rían Lozano. Durante una década la fotógrafa conversó con mujeres que decidieron no ser madres, la muestra nos expone sus universos profundamente personales en imágenes que nos permiten imaginar cada una de sus historias. La exposición y la puesta Fruto en la sequía son una afortunada dupla, bravo por las líneas de programación del CENARTSin hijxs. 20 respuestas se presenta en la Galería central de martes a domingo de 10 a 17:30 h, hasta el 30 de abril. La entrada es libre.

 

Fruto en la sequía

De Itzel Lara

Dirección Hugo Arrevillaga serrano

Elenco

Por orden de aparición

Judith Inda: Elena

Miguel Ángel López:  William / Joel / Doctor

Santiago Valdés Badillo: Niño en pesadilla

Natalia Pérez Turner:  Cello en vivo

Créditos

Diseño de escenografía: Jesús Hernández

Diseño de iluminación: Matías Gorlero

Diseño de multimedia: Miriam Romero

Diseño de vestuario: Laura Marnezti

Diseño de maquillaje y peinados: Brenda Castro

Diseño sonoro y música original: Carlos Matus

Diseño visual inspirado en la obra de Érika Lujano

Asesoría de movimiento para transformación en ave : Óscar Serrano Cotán

Fotografías: Bernardo Arcos y Roberto Sosa

Teatro de las Artes

Centro Nacional de las Artes

Duración: 60 minutos

Entrada general $150

Adolescentes y adultos

Hasta el 2 de abril de 2023

Domingo 26 de marzo la entrada es libre

Informes y reservaciones: publicos.cnteatro@inba.gob.mx

  

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