DISFRUTO LA FUNCIÓN
POR: Dalia María Teresa
Gran obra teatral
futurista muy bien escrita con tintes de Ciencia Ficción que nos hace
reflexionar con respecto al avance tecnológico, el cual ha mostrado en ésta época
estar avanzando a pasos agigantados y que por ende, se filtrará seguramente en
el mundo del arte teatral, expandiéndose a-priori, en todos los ámbitos cotidianos.
La trama gira
en torno a lo que podría un día constituir el lidiar en diversos momentos de
nuestra vida cotidiana, con inteligencias artificiales que pudiera además
exceder nuestras capacidades como humanos, según vislumbra la ciencia y la
tecnología mundial.
Montaje
escénico que cuenta con muchos elementos de índole dramático, que, mediante la estructura
de una comedia, sin embargo, nos invita a la reflexión de las limitantes que
todo tenemos como seres humanos; el riesgo o fortuna de vivir frente a frente
con los avances, dentro de la narrativa de la trama se manejan ante
interrogativas de lo que significará el compromiso de interactuar con
tecnologías de muy alta resolución.
Mascaras,
vestuarios vistosos que nos llevan a pensar en el futuro, junto con el juego de
iluminación y cuadros escenográficos abundantes, dan como resultante una puesta
en escena, muy interesante y entretenida, con brotes de humorismo negro.
Empero, más
allá de los elementos de apoyo para la escenificación de esta dramaturgia
original del escritor mexicano Flavio González Mello, por supuesto
se encuentra el integrar dichos aspectos con las invaluables actuaciones,
dirección escénica y, por demás está decirlo con el espléndido texto.
Las excelentes
actuaciones corren a cargo del maestro Carlos Aragón y
del talentoso joven actor Roberto Beck, sin minimizar las interpretaciones de Dobrina Cristeva, Diana
Sedano, Fernando Rebeil, Verónica de Alba y Elena del Río,
quienes juntos escenifican con talento histriónico y emotividad a sus
respectivos personajes a caracterizar.
-Con ésta obra
el público conocerá a Paco Ramos, un actor famoso que está a punto de estrenar
una versión de Hamlet cuando recibe una imprevista propuesta para filmar una
película en Hollywood. Como las obras de Shakespeare en México solo dan 24
funciones, y la lista de espera de los textos es interminable, el director y el
actor se confabulan para utilizar a un robot suplente que protagonizará la
pieza shakesperiana. El reto será que el público, los productores y los
miembros del lenco no sepan quién es el original y quién es la copia ¿humano o
androide? He aquí el dilema.- (Sinopsis del boletín de prensa).
Puesta en escena muy bien dirigida, por
cierto, por su mismo escritor, en la cual nos divertimos con los ingeniosos
diálogos en la narrativa qué a manera de sinopsis se reducen a la siguiente
consideración expresada por la compañía teatral de la siguiente manera textual:
-Cuando el
futuro nos alcanzó:
El deseo de
perfección, inmortalidad y obediencia conducen a un futuro robotizado. Debido a
los adelantos de la tecnología, más temprano que tarde, todas las personas
podrían ser sustituidas –en sus trabajos e incluso en su vida privada- por
versiones aparentemente incapaces de fallar. Y si los humanos son reemplazados
en el teatro, serán removidos de cualquier otro espacio. En ese sentido, el
escenario es el límite de la realidad porque no hay acto más real y humano que
el teatro… Hasta ahora.-
El miedo
implícito por parte del escritor ante la posible sustitución del hombre en
todos los niveles de su existenciales y, en específico laborales, me hace
recordar el pavor despertado entre la población económicamente activa que
detonara la denominada “Revolución Industrial” gestada en el Reino Unido
durante la segunda mitad del siglo XVIII, en la que los obreros salían a
destrozar máquinas ante el pavor de ser sustituidos por la tecnología naciente,
sin tomar aún consciencia de que era tan sólo, el comienzo de una nueva etapa de producción masiva que
incremento las inversiones y el número de empleos de personas que capacitadas
operaran las máquinas y por ende un cambio económico y social estructural
global, a nivel mundial.
Pero sin hacer
más referencia a esta conjetura, lo cierto es qué la dramaturgia de Flavio González Mello
es un texto que por sus elementos estructurales dramaturgicos fue galardonado
como ganadora del Premio Nacional de
Dramaturgia Juan Ruiz de Alarcón y, del Premio Nacional de Dramaturgia Víctor
Hugo Rascón Banda.
INTELIGENCIA ACTORAL. La
tecnología se apodera del teatro ES UNA obra teatral producida por la
compañía “Erizo Teatro” que se presenta en el Teatro Principal del Centro
Cultural Helénico, dando funciones de jueves a domingos.
Comentarios
Publicar un comentario