EntreActo
Por Carmen Zavaleta
Este fin de semana termina la breve temporada de la puesta en escena “Lombrices”, escrita por el dramaturgo argentino Pablo Albarello, adaptada por Alfonso Cárcamo, dirigida por Daniel Sosa Derat, y protagonizada por Alberto Lomnitz y Arturo Reyes, quienes en conjunto presentan una buena comedia de humor negro en la que exponen la soledad, la cercanía de la muerte, los deseos y la identidad a través de la mirada de dos mujeres adultas mayores.
En al anécdota “Consuelo “ (Lomnitz) y “Martirio” (Reyes), son dos ancianas que comparten su vida en la sala de un departamento, pasando las tardes conversando, leyendo y tejiendo mientras recuerdan sus amores, comen tin larín y simulan su muerte. Al mismo tiempo dos bomberos buscan entrar al edificio donde ellas se encuentran a como dé lugar.
Sin duda se trata de un montaje divertido y que nos ofrece un excelente momento de esparcimiento en esta ciudad enloquecida; créanme entre el tráfico, la época decembrina y la locura por salir a las calles, llegar al teatro para ver la obra es un remanso y vale la pena la experiencia.
Pienso que el buen resultado de la obra se debe - en buena medida- a que el equipo creativo no dudó un minuto en sumergirse en el universo femenino para indagar en muchas de las conductas y relaciones que por generaciones definieron y todavía definen a las mujeres en nuestra ciudad: la complicidad, los secretos y la competencia que dan lugar a fuertes vínculos que convierten a la amistad en compañías incondicionales ante la salud, la enfermedad, el gozo y hasta la muerte.
“Consuelo” y “Martirio” son entrañables y pareciera que desde sus nombres tienen el destino marcado: la que acompaña y la que sufre, la que sufre y la que acompaña, ambas juegan el mismo papel por turnos, llenas de humor negro. Los actores construyen un espacio cálido desde el momento en que inicia la función. Ambos habitan la escena, conocen su oficio y la abordan con calma dándose el tiempo de realizar pequeñas acciones que nos van definiendo y acercando a las protagonistas, como tejer con toda calma, leer, abrir los chocolates tin larín, cada acción denota una manera de relacionarse con el mundo y cada momento nos deja ver que la relación entre ambas, se trata de un modo de vida asumido que les da identidad sobre sus identidades. Un dato curioso es que las amigas pasan buena parte de su tiempo recreando escenas de muerte de películas gringas famosas (por ejemplo “Tiburón”), la verdad sus maneras de morir son muy divertidas y cruelmente ciertas, porque en la vida una tiene pequeñas muertes a las que sobrevive.
La adaptación de Cárcamo llena al texto de referencias cercanas que se le pueden escuchar a la tía, la madrina o la vecina, nombres como Miguel de la Madrid o Siempre en domingo, están y nos construyen imágenes clarísimas de la vida de las protagonistas. La impronta de ambas es muy clara, y la empatía con ellas es casi inmediata. La calcetas con los zapatos, la mañanita en el cuello, las pantuflas, la canasta los libros viejos, construyen un rico universo teatral.
Durante la función la presencia de los bomberos que entran y salen de la escena no es muy clara, dan la idea de que los personajes se encuentran entre las ruinas y que probablemente ya están muertas; pero hacia el final estos hombres irrumpiendo en el edificio, dejan claro que el tiempo pasa y que el mundo exterior se mueve muy a pesar de “Consuelo” y “Martirio· y su mundo va derrumbándose, quemándose.
El equipo creativo está integrado por Tania Rodríguez en la escenografía e iluminación, Adriana Pérez Solís en el diseño de vestuario, Brenda Castro Rodea en el diseño de caracterización y peinado y Xicoténcatl Reyes en el diseño sonoro, en una producción de Alejandra N. Ramos y la compañía de teatro Los Tradicionales, cada uno realiza un excelente trabajo que termina por construir esta comedia sólida y muy recomendable.
Las funciones son el el Teatro Benito Juárez, le recomiendo salir con tiempo pues este fin de semana es complicado en cuanto a movilidad debido al festejo de la Virgen de Guadalupe. No se la pierda, las va a disfrutar, aquí los actores lo dan todo por la comedia.
Lombrices
De Pablo Albarello.
Adaptada por Alfonso Cárcamo.
Dirigida por Daniel Sosa Derat.
Con Alberto Lomnitz y Arturo Reyes,
Hasta el 12 de diciembre, sábados a las 19:00 y domingos a las 18:00 horas.
Teatro Benito Juárez (Villalongín 15, colonia Cuauhtémoc, Metrobús Reforma), con las disposiciones del semáforo epidemiológico vigente: uso permanente de cubre-bocas, gel anti-bacterial y registro de código QR por parte tanto del personal del teatro como de los espectadores.
Localidades: entrada general, $168. Aforo al 75% de la capacidad de público del Teatro. Los boletos se pueden adquirir en la taquilla del teatro y en las plataformas digitales de Ticketmaster.
Para conocer la programación de la Dirección del Sistema de Teatros de la Ciudad de México, visite la página: www.teatros.cultura.cdmx.gob.
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