DISFRUTO LA FUNCIÓN CON DALIA DE LEÓN
POR:
Dalia María Teresa De León Adams
Tema
un tanto controversial, en cuanto a que permite cuestionarnos sobre la posible existencia
de vida después de la vida. Algo así tal vez, como una muerte sin muerte, una
regresión o prospección temporal, o bien, una reencarnación.
Temática
inquietante que alguna vez ha venido a nuestro pensamiento, o por lo menos, hemos
escuchado mencionar al intentar precisarla como una obviedad de la continuidad
de la existencia humana, en la boca de otras personas.
Incluso
también cuando filosofamos sobre el sentido de la vida, queriéndole dar sentido
a la existencia; o bien, tras la muerte de un ser querido a quien nos negamos
que de súbito ya no esté más con nosotros y desaparezca por completo del
confinamiento del universo material, o abstracto.
El
tema, empero, es tratado de manera muy sutil en éstos dramas escénicos, a
través de distintas historias a tratar con personajes totalmente distintos y,
con un inicio y final que se ligan sutilmente una con otra, en distintos
momentos escénicos de la trama.
Narrada
en ocasiones en tanto que, en otras actuada, por los cinco actores que aparecen
en distintos cuadros escénicos, las historias son tratadas bajo un enfoque
surrealista, donde, por ejemplo, una muerta puede ser omnipresente e incluso
opinar pos-mortem con respecto a sus seres aún con vida.
En otra escenificación un ser en gestación,
narra su experiencia dentro del vientre de su madre, con quien se ata y percibe
en estado onírico, y en posible estado de vigilia, las dos mujeres se
encuentran.
Otra
de las historias breves a presentar es la de dos personas quienes perteneciente
a un grupo étnico oriental, ventilando un poco su cultura e idiosincrasia
mediante un diálogo.
Quizás
finalmente aparee un padre carente de calidad fraternal, quien, sin tomar
conciencia de ello, pierde a su hija. Y dije
quizás pues tanto inicial como finalmente se representan a dos hombres
totalmente distintos, quienes ventilan las circunstancias de una misma
experiencia; es decir qué en primera y tercera persona dentro de la narración
se caracteriza una misma historia, con distintos personajes y en distinto
escenario.
Con una de ellas casi se da inicio. La
experiencia y circunstancias son narradas por un hombre aparentemente
voyerista, mismo que en el segundo caso es el ejecutor de los hechos a tratar
con una pequeña niña morena, extranjera, que, al parecer, es la misma.
Le
comento qué la obra teatral Cuidado con el perro ofrecer al público
múltiples lecturas, siendo otra, la del trato misógino recalcitrante hacia
muchas mujeres, que aún hoy día existe en gran parte de la sociedad.
A
éste respecto “El
Colectivo A 51”, es decir, la compañía productora de éste interesante
montaje escénico, expone la siguiente apreciación a través de su casa difusora
con el siguiente párrafo:
-“Esta
producción del Colectivo A51 aborda las diferentes violencias hacia las
mujeres, tanto las ocultas como las tangibles, en distintos lugares del mundo.
El montaje pretende visibilizar una problemática silenciada de la que no nos
sentimos responsables. “-
Cuidado con el
perro es la dramaturgia escrita por la también
actriz y directora Eva Redondo Llorente. Obra teatral que se
acaba de estrenar en el Teatro “El Galeón”, bajo la dirección escénica
de Mahalat
Sánchez.
Ellas
dos son unas talentosas mujeres, quienes recientemente están uniendo esfuerzos
para darle forma a los pequeños dramas que conforman la puesta en escena de Cuidado con el
perro en los cuales el personaje femenino es el eje motor, de cada
una de las tramas.
Sin embargo, se reconoce también el talento de
los dos actores que aparecen en escena y quienes son, José Cremayer y Miguel Corral.
Ellos ofrecen versátiles caracterizaciones al igual que sus compañeras en
escena, las actrices Ana Lucía Ramírez, Teté Espinoza y Estefanía
Norato.
Cuidado con el
perro está
producida por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto
Nacional de Bellas Artes.
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