Disfruto la función por Dalia de León

 

TÁRTARO Réquiem de cuerpo presente por el niño que aprendió a matar.

POR: Dalia María Teresa De León Adams.

 

Con un contenido muy cruento que hace que la obra pertenezca al género naturalista por la descripción minuciosa en que se muestran algunos pormenores de una vida brutal y tormentosa que un niño desamparado comúnmente padece.




El encuentro frente a frente con el inframundo está latente en ésta recalcitrante historia de una persona atrapadas en el desaliento que da el desamparo, quien empero se cobija día a día con una realidad infernal, en donde no hay límite de realizar acciones que anulen o agredan a terceros; mucho menos, por ende, se da cabida a la esencia de bondad y piedad que el ser humano se aprecia de llevar congénitamente.

El vivir de frente a la muerte es una constante en ésta dramaturgia original de Sergio López, quien retrata a una sociedad corrupta que vive en aras de sobrevivir entre lazos tormentosos sin fuga posible.

Un hombre narra su vida desde antes de ser realmente procreado por su madre, a la cual perderá tras de vivir en una familia sin desahogo económico. Su padre una posible figura de un hombre que se muestra sin miramientos sin ataduras familiares; su madre una mujer que muere joven dejando en el desamparo total a sus dos hijos. La presencia de una hermana (Águeda), la cual es llevada por la fuerza por unos hombres quienes la raptan de manera brutal y, a quien nunca volverá a ver.

Por otro lado, aparece en el relato un compañero constante en su vida, Víctor; casi un amigo con quien padecerá y vivirá situaciones extremas y a quien, arrancará la vida. Finalmente, el personaje co-protagónico de Joaquín, su jefe. Un hombre quien le enseñará a matar, desafiar y violar toda ley hasta el momento de ser prematuramente asesinado.

Todo ello es el panorama en donde queda inmerso el personaje protagónico, con el rol de un Yo, narrador, quien en la obra, además, presencia su propia vida a-priori y a-posteriori a su fallecimiento.

El desconsuelo es una constante que se filtra en la trama la cual constantemente es musicalizada con algunas piezas de música clásica y otros géneros musicales. La técnica multimedia enmarca en ésta puesta en escena, una especie de locura, desesperanza y desosiego vivido por el personaje.

Al respecto de la obra Tártaro ésta se encuentra interpretada por cierto por el actor Bernaldo Gamboa, a quien la misma Compañía que realiza el montaje, le denominan el “Experimentado histrión”; es decir, hablamos del grupo “El Colectivo TeatroSinParedes, quien por cierto expresa lo siguiente de manera textual sobre ésta obra teatral, y que finalmente expongo en ésta crónica teatral:

-“Réquien de un cuerpo presente por el niño que aprendió a matar-”

Escrito por Sergio López Vigueras., el ganador del Premio Nacional de Dramaturgia Joven Gerardo Mancebo del Castillo 2017, TÁRTARO es un monólogo que reflexiona sobre las circunstancias a las que se enfrenta una gran parte de la juventud que construye nuestro país debido al narcotráfico imperante en todo el territorio. La puesta en escena es un inigualable cruce entre la investigación sociológica y poesía.

Bernardo Gamboa nos cuenta la historia de un sicario, el hijo de una nación en ruinas, gestado en medio de una guerra fraticida. Estamos en el último instante de su último enfrentamiento: en medio de las ráfagas, siente el golpe del disparo que segó su vida y, al buscar sentido, recorre sus momentos claves; desde su anémica gestación, hasta la agonía de su madre producida por sus condiciones de trabajo.”-

Tártaro se presenta en el Teatro Helénico hasta el día 1º de junio bajo la producción de la Secretaría de Cultura, a través del Centro Cultural Helénico.




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