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 LOS CAMINOS DE ÓSCAR LIERA COMO CREADOR DE UNIVERSOS

Por Carmen Zavaleta

 

Pienso que recorrer nuestra historia escénica y reconocer las raíces y las voces del teatro mexicano siempre es un placer y una fuente inagotable de conocimiento y reflexión; no solamente para los especialistas del teatro, también para los estudiantes, y los espectadores que han formado parte indisoluble del hecho teatral, porque aquello que nos apasiona siempre nos obliga a conocer más de él.

 

En este sentido el pasado 5 de enero se conmemoró el aniversario luctuoso del dramaturgo Óscar Liera, nacido en Sinaloa en 1946 y fallecido en 1990; el director y creador es una de las figuras más importantes de la escena de la segunda mitad del siglo XX y exponente de la Nueva Dramaturgia Mexicana.

 

Hoy muchos conocemos a Liera por sus letras y por sus colaboradores, una figura fundamental en este camino es Rodolfo Arriaga actor, director, docente y Maestro en Historia por la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), quien en 1982 fundó junto con Liera el TATUAS (Taller de Teatro de la Universidad Autónoma de Sinaloa), iniciando un trabajo que no se limitó a las tablas: en su andar se forjaron, además de puestas en escena emblemáticas como “El camino rojo a Sabaiba” y “El jinete de la divina providencia”, el reconocimiento del teatro regional y las Muestras Regionales de Teatro del Noroeste, sucesos que resultan imprescindibles para conocer y comprender el movimiento escénico en nuestro país.


Durante diez años Fito Arriaga se sumergió en una labor titánica y generosa para escribir el libro Los caminos de Óscar Liera como creador de universos, publicación que forma parte de la colección Palabras del Humaya (título número 63), editado por el Instituto Municipal de Cultura de Culiacán. Se trata de una ensayo en el que el autor recorre la vida creadora de Liera de 1970 hasta 1989, recopilando  fuentes bibliográficas, programas de mano, programas, documentales, revistas, fotografías y notas personales que se entrelazan con las voces de los personajes de las obras escritas por Óscar. Un reconocimiento al amigo y creador que nunca calló, ni cayó, ante los atropellos de la autoridad y el poder y que fue fiel a sus principios, la verdad, su fuerza vital, su identidad y territorio.

Rodolfo Arriaga  / Foto: Cortesía

A lo largo de 200 páginas y diez capítulos, el autor nos introduce gradualmente a la personalidad de Liera, aquel niño que organizaba funciones de títeres en el patio de su casa en los años cincuenta para recaudar fondos y ayudar a un amigo de la infancia. A partir de este punto el relato se va tejiendo, planteándonos los antecedentes de la formación de Liera (además de su paso por la Ciudad de México y Europa) y dividiendo su trayectoria en tres partes. La Primera etapa: 1970- 1979; la Etapa intermedia: 1980-1983; y la Tercera etapa: 1984-1989. El teatro regional y el retorno de Óscar Liera a Culiacán.

Diecinueve intensos y productivos años que nos enseñan que el camino de la creación está íntimamente ligada a la vida, la ética y la calidad humana. En el texto se entrelazan las presencias de creadoras y creadores de Noroeste como Socorro Astol y Cutberto López (quien escribe la presentación del libro), a la vez que nos brinda el contexto político nacional en el que se desarrolló el teatro de Liera.

La edición es de Maritza López y el diseño de portada e interiores de Fabiola Vázquez, quienes junto a Rodolfo Arriaga nos brindan un libro entrañable para disfrutar parte de la historia de nuestro teatro, esa que se escribe entre telones entre una llamada y otra, y en la que la voz de Liera y Arriaga nos recuerdan que el artista está para descubrir  lo que no se ve a simple vista.

 

Foto de portada: Germán Benítez Borrego.

 

 


 

 

 

 

            

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