Disfruto la función por Dalia de León


LA ESCUELA DEL DOLOR HUMANO DE SECHUÁN
Por: Dalia María Teresa De León Adams

-Si fuéramos inmortales, si nuestra vida no tuviera fin, si no sufriéramos, tal vez nunca nos plantearíamos el por qué de las cosas-
Estas frases son las premisas iniciales que dan apertura a la página WEB publicada por la UVM en Google por Juta Burgraff, en donde continúa su interesante narración sobre La escuela del dolor con las siguientes palabras:
La escuela del dolor



Siendo todavía estudiante, encontré sobre la mesa en la biblioteca de la Universidad, un pequeño libro, algo anticuado y cubierto de polvo. Recuerdo perfectamente que ello ocurrió un día que me parecía especialmente sombrío: no sé bien si me dolía la cabeza, no había dormido bien o tenía algún problema. En todo caso, no me encontraba de humor para empezar a estudiar, de manera que comencé a hojear el libro y comprobé que se trataba de una serie de ensayos escritos por una mujer paralítica. Muy pronto, quedé de tal manera fascinada por la lectura, que lo acabé de leer de una sola vez. Una vez que hube terminado, veía el mundo que me rodeaba de otra forma. Observé los rayos de sol que entraban por la ventana, me alegré por el pequeño trocito azul de cielo que podía ver y me sentí agradecida de poder mover mis brazos y piernas y de poder respirar, muy agradecida de estar viva. Espontáneamente miré a mi alrededor y la euforia que me embargaba se vio disminuida al ver la expresión seria de la mayoría de los estudiantes que se encontraban en la biblioteca. Entonces, sentí el deseo de reflexionar más sobre lo que había leído y, sobre todo, de conversar sobre ello con mis amigos...

Desde entonces, no he olvidado nunca aquel libro, en que aquella mujer, con serenidad y alegría, contaba acerca de su vida, vida que aceptaba "malgré tout, pese a las pruebas y dolores, a las privaciones y decepciones que había sufrido," y, sin duda, amaba mucho más al mundo que otras personas, que nuestra sociedad considera como sanos y dinámicos. Su mensaje era muy sencillo: "Quien dice sí a la vida, debe decir también sí al dolor." Hacía ver que el sufrimiento es parte de la vida, no sólo de una paralítica, sino de cada persona; que el dolor está presente, de una u otra forma, incluso entre quienes son más felices y exitosos.

Temática que aborda la obra teatral puesta en escena por la UNAM bajo el título de La escuela del dolor humano de sechuán. Dramaturgia muy interesante y peculiar, escrita por el peruano-mexicano Mario Bellatin Obra que fue dirigida con una gran calidad escénica bajo la dirección artística del maestro Guillermo Redilla, la cual concluyó el pasado domingo 2 de febrero en el teatro Santa Catarina.

La obra además contó con maravillosas actuaciones por parte de algunos jóvenes universitarios que conformaron el reparto estelar y, quienes son, Priscila Imaz, Héctor Iván González, Tania María Muñoz, José Juan Sánchez y Edgar Valadez.

La puesta fue presentada en un solo acto escénico y varios cuadros alternos, qué se diferenciaban acorde con el juego de luces e iluminación propuestas en el diseño de espacio de María María y a los espacios expuestos acorde con la técnica denominada Roy Hart, bajo la asesoría de la talentosa escenógrafa Carmen Mastache

De ese modo la trama que bien podría ubicarse por su temática a tratar dentro del género de teatro de terror, pues hace referencia constantemente a lo que realmente se llamara La escuela de dolor humano de Sechún, cuyo personaje protagónico surgiera del autor e inventor mítico Lin Pao.

La trama presenta historias paralelas que se muestran indistintamente junto con un proyector televisivo expuesto en tiempo real en donde aparece un locutor. Contenía una propuesta escénica qué intentaba dar una versión sobre la diversidad del dolor.

Temática en sí difícil de tratar, pero que abordaba al “dolor” en todas sus expresiones; por decir algo, el dolor que sufren los enfermos, los incapacitados, los sometidos, los sádicos, los masoquistas, las victimas de guerras, los violados física o moralmente, los enamorados no correspondidos, los abandonados, los mutilados, o incluso, los tatuados. En fin, el “dolor” en todas sus acepciones, incluso el emocional o el psicológico.

Curiosamente le diré finalmente qué el libro de Mario Bellatín La escuela del dolor fue publicado empero a la temática a tratar, bastante cruenta en mi opinión, bajo el rublo de “Cuento de Hadas.” En el año 2001..

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