La eterna espera del General Zárate


LAS TROPAS

Un día le pregunté a un buen amigo dramaturgo por qué algunos autores acudían a los clásicos (Shakespeare, por ejemplo), para re elaborar textos que en ocasiones resultan verdaderos hallazgos y en otras quedan en tristísimos intentos de darle vida a sus plumas, él me dijo : “por admiración”, la respuesta me gustó, por honesta, porque uno no emprende un viaje teatral si no es porque le gusta y está dispuesto a lidiar con todo lo que supone. 

Me digo, ¿será que ya todo está escrito y sólo revisitamos estructuras sólidas que buscan imprimirse con nuevas identidades?, yo creo que sí. El otro día me fui al teatro, vi Las Tropas de Idiotas Teatro  y lo volví a pensar.

Fotografía de Alfredo Millan 


Escrita por Fernando Reyes Reyes la obra plantea la eterna espera del General Zárate (Ricardo Ramírez) y Sara, su esposa (Lucina Rojas), quienes viven encerrados vigilantes de la llegada de las tropas enemigas.

La estructura del texto me remitió irremediablemente a Esperando a Godot: personajes que viven el  presente en un tiempo -irreal - donde conviven el pasado y esperan un futuro que no ocurrirá, mientras el exterior y sus mensajeros los rodean. Ignoro si Fernando Reyes trabajó a partir de esta premisa porque no conozco su proceso creativo, pero como espectadora la referencia fue muy clara.  Como sea, en Las Tropas la dramaturgia tiene tuercas que apretar, el tiempo que el autor se toma para plantear la situación es largo lo que hace que el conflicto entre los personajes pierda peso. 




Por otro lado, Idiotas Teatro es una compañía que ha desarrollado buena parte de su trabajo en la CDMX y que ha puesto el acento en Oaxaca lugar de origen de Fernando Reyes Reyes. En este sentido, el autor integra a la anécdota y da a sus personajes algunos rasgos culturales de la región por ejemplo Sara es una  mujer fuerte a cargo de su hogar que provee de alimentos a su compañero, trabaja en un telar de cintura y recuerda su boda mientras regala a los invitados cazueliitas de dulces, porque cuando uno va a una fiesta en Oaxaca siempre sale con un regalo. Por su parte el General Zárate tiene en sus antepasados a un Maromero, aún conserva sus maquillajes y el vestuario que pertenecieron a un hombre libre, experto en la acrobacia y en volar por los aires, mientras que él está condenado a una silla de ruedas, traicionando a su sangre.

Fotografía de Alfredo Millan 


El montaje está bien resuelto. El concepto escenográfico y la iluminación de Edgar Mora crea atmósferas y sitúa a los personajes  en un cuarto impecable lleno de telas y cuerdas que conjuntan texturas que combinadas con la Música original de Daniel Martínez y el Diseño de vestuario de Azucena Galicia logran dar forma al universo de los personajes.

Fotografía de Alfredo Millan 

El trabajo actoral es interesante, Lucina Rojas y Ricardo Ramírez asumen la propuesta de la dirección a cargo del propio Fernando Reyes Reyes y de Cristian David. Al inicio los actores construyen momentos que parecieran un sueño de los personajes. Lucina Rojas logra matizar a Sara llevándola de la complicidad, al amor y al reproche constante; Ricardo Ramírez da vida a un General Zárate iracundo, en la anécdota se plantea que detrás de su amargura hay culpa, y se antoja que el actor explore más esta posibilidad de su personaje que, sin duda, hará crecer el montaje.

Realizado por Carmen Zavaleta 
26 de agosto de 2018 




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